jueves 23 junio 2011, 10:26

En la variedad está el gusto

Durante la larga lucha por obtener reconocimiento y respeto, el fútbol femenino ha sido a menudo objeto de malintencionadas comparaciones con su “hermano mayor”. Hoy en día, los aficionados a la disciplina de mujeres suelen dar poca importancia a tales comparaciones e insisten en que es un deporte en auge por derecho propio y que no necesita emular el fútbol masculino. De todas maneras, tal vez sea necesario que aquellos que trabajan en el mundo del balompié femenino entiendan las diferencias que siguen existiendo, sobre todo si han crecido en un entorno masculino. FIFA World ha hablado con cuatro entrenadores de renombre para conocer su opinión sobre ambas disciplinas.

Marika Domanski-Lyfors firma una carrera dilatada y excelente, que incluye temporadas como seleccionadora del equipo femenino sueco (1996-2005) y chino (2007), y como directora técnica tanto de fútbol masculino como femenino entre 2007 y 2011 en la Asociación de Fútbol de Suecia, donde ahora ejerce como jefa del departamento de Élite Femenina y es la responsable de las selecciones de todas las categorías. Después de haber trabajado con futbolistas de ambos sexos, insiste en que son más las cosas que unen a ambas disciplinas que las que las separan...

"Cuanto más cerca estás de la élite, menos diferencias aprecias en la actitud de los jugadores. Saben lo que se necesita para llegar a ser futbolista de élite y por tanto son muy profesionales. En algunos aspectos, tal vez las mujeres se tomen las cosas demasiado en serio. A veces es bueno relajarse y disfrutar del momento. Otro aspecto es que las mujeres siempre parece que quieran saber por qué se les pide que hagan una cosa determinada, mientras que los hombres simplemente la hacen. No quiero decir que una actitud sea mejor que la otra, pero de vez en cuando es bueno actuar sin pensar demasiado, y en otras ocasiones es bueno hacer preguntas.

En el plano emocional, creo que hay tantas diferencias entre un jugador y otro, o entre una jugadora y otra, como entre hombres y mujeres en general. Lo importante es llegar a conocer a los futbolistas con los que trabajas porque entonces sabrás cuáles son sus puntos fuertes y encontrarás la manera de jugar que se adapte al tipo de jugadores que tienes.

Obviamente, existen diferencias físicas entre hombres y mujeres. Hay diferencia en la fuerza, lo cual se ve sobre todo a la hora de hacer entradas. La velocidad también es otra, pero no hay mucha diferencia en los cambios relativos de velocidad. En teoría, esto significa que las jugadoras no deberían tener problemas para imponer la velocidad de los encuentros, tal como hacen los hombres. Pero, en la práctica, mi experiencia me ha demostrado que sigue suponiendo un problema para muchos equipos femeninos. Alemania es una excepción muy notable: en mi opinión, es la mejor selección del mundo en este aspecto.

En cuanto a comprender las tácticas, me parece que todos las entienden en la pizarra, pero cuando hay que tomar decisiones a mitad del partido, diría que los hombres lo hacen mejor. Técnicamente, creo que hay muchas jugadoras de élite que son tan buenas como los hombres. Pero hay más jugadores con buena técnica, razón por la cual se cree – equivocadamente– que el talento de los hombres es más innato.

Se distinguen mejor las tácticas en las mujeres porque hacen menos entradas que los hombres. Está claro que se puede disfrutar de ambos: en los partidos masculinos brilla su alto grado de intensidad y técnica, y en los femeninos, la técnica y la táctica se aprecian mucho mejor".

Los hombres, entrenados desde la infanciaAl igual que Domanski-Lyfors, la italiana Carolina Morace ha trabajado en varios continentes con futbolistas profesionales de ambos sexos. En la actualidad prepara la Copa Mundial Femenina de la FIFA como seleccionadora de Canadá, aunque anteriormente fue también la entrenadora de la selección de su propio país, además de dirigir por un breve periodo, aunque muy publicitado, al club masculino italiano Viterbese en la Serie C. La ex delantera internacional declaró a FIFA World que, según su experiencia, a menudo son muchas más las divergencias entre las culturas de las naciones que las diferencias entre jugadores y jugadoras.

"Encontré muchas más divergencias entre las italianas y las canadienses que entre los hombres y las mujeres del mismo país. Por ejemplo, en Italia, las jugadoras hablan por los codos, mientras que en Canadá apenas despegan los labios.Mis jugadoras siempre tratan de ser profesionales, pero a veces el concepto de ‘profesionalidad’ no se entiende como debe. No es una cuestión del sueldo que reciben, sino de cómo se cuidan físicamente. Cuando llegué a Canadá, les explicamos a las jugadoras la importancia de la nutrición y de un régimen de entrenamiento bien pensado. Tuvieron que aprender que la jornada de descanso es necesaria en el entrenamiento, que importa más la calidad que la cantidad. Allí, muchas jugadoras siguen trabajando con la idea equivocada de que cuanto más, mejor, y forma parte de la mentalidad de la gente de esta parte del mundo.

Una diferencia clara entre hombres y mujeres en todo el planeta es que ellos suelen empezar a jugar al fútbol de forma seria mucho más temprano que ellas. Incluso a los cuatro o cinco años, los niños van a academias de fútbol y aprenden los aspectos técnicos y tácticos. Por eso están mucho más preparados que las mujeres para las exigencias del deporte de élite.

Por supuesto, los hombres son también más rápidos y en los partidos vemos que conservan la posesión del balón mucho más. Corren de forma más racional porque cuentan con mayor experiencia.

Pero a fin de cuentas, en realidad, lo más importante es ser competente, seas hombre o mujer, sobre todo desde el punto de vista del entrenador. No creo que haga falta ser hombre para entrenar a hombres o ser mujer para dirigir a mujeres, aunque tal vez haya una excepción: al entrenar a chicas jóvenes, creo que ayuda que la entrenadora sea mujer, porque cuando una mujer les dice que pueden hacer algo, casi siempre suena más creíble viniendo de alguien con los mismos atributos físicos”.

Diferencias más relacionadas con la psicología y la actitudLa inglesa Hope Powell es otra excelente jugadora convertida en entrenadora que se ha pasado los últimos meses preparando a su equipo para el Mundial. Encargada no solo de la selección absoluta de Inglaterra, sino también del desarrollo de los equipos femeninos ingleses de todos los niveles, Powell empezó su carrera trabajando tanto con chicos como con chicas. Para ella, las diferencias entre ambos sexos se basan en aspectos psicológicos y de actitud.

"Fuera del campo, entre las mujeres hay un sentimiento mucho mayor de pertenecer a una familia y además son más receptivas. Saben que siempre pueden aprender más, mientras que los hombres tienden a pensar al principio que ya lo saben todo y necesitan más tiempo para darse cuenta de que no es así.

También me parece que los hombres muestran pocos sentimientos en el entrenamiento, seguramente porque creen que es señal de debilidad. Por otra parte, las mujeres pueden incluso pasarse en este aspecto y se toman las cosas como algo personal.

Hay otras diferencias, como la del sentido del espacio, más desarrollado entre los hombres y, sobre todo, entre los jóvenes. Ven más rápido las ‘imágenes’ del partido, seguramente porque hace más años que juegan al fútbol de forma organizada.

En el campo, es obvio que siempre serán más fuertes y más rápidos físicamente, pero el fútbol femenino ha mejorado de forma significativa estos aspectos, como también lo ha hecho el control de cabeza, un punto débil entre nosotras. Salvo por estos detalles, no veo otras diferencias técnicas. Si bien el fútbol femenino es más lento, este hecho da lugar a desarrollar la habilidad, algo que no observamos en el fútbol masculino porque se centra en lo físico”.

Las mujeres, más responsablesPor último, para tener también una opinión masculina, consultamos a Tom Sermanni, actual seleccionador de las australianas. Después de dirigir equipos femeninos en EE. UU. y otros masculinos en Japón y Australia, cita tres aspectos principales que los diferencian.

"Para mí, las diferencias principales se basan en la comunicación, el espíritu de equipo y la propia responsabilidad. La forma, el contenido y la frecuencia con que el entrenador habla con su equipo son aspectos más importantes entre las mujeres, porque quieren que se les hagan comentarios con frecuencia. Sobre todo, quieren información sobre el rendimiento, lo que necesitan mejorar y sus cualidades. También necesitan que se las reconforte cuando sienten poca confianza. Las mujeres tienden a pensar demasiado en sus defectos, mientras que los hombres se basan con confianza en sus virtudes, aunque estas solo las vean ellos.

Las mujeres tienden a pensar demasiado en sus defectos, mientras que los hombres se basan con confianza en sus virtudes, aunque estas solo las vean ellos.

En cuanto al equipo, ellas se centran más en el todo y dan apoyo a la escuadra en su conjunto, y los hombres se preocupan en primer lugar por su propio rendimiento. Si el ambiente es el adecuado, el grado de lealtad sincera es mucho mayor entre las deportistas.

Diría que la mayoría de las futbolistas de élite se sienten mucho más responsables que los futbolistas, tal vez porque normalmente no son profesionales a tiempo completo o, aunque lo sean, siguen percibiendo un sueldo modesto. Esto supone que hacen milagros a diario para compaginar el fútbol con sus otros compromisos, y por ello son más responsables y se organizan mucho mejor.

Aparte de estas diferencias, poco más separa a los hombres de las mujeres. En cuanto a las exigencias físicas, tácticas y técnicas en el campo, no cambio mis expectativas según el sexo de los jugadores. Hoy en día, se espera lo mismo de ellas que de ellos en la élite profesional. De hecho, la falta de compensación económica entre las mujeres suele provocar, no sin falta de ironía, que se comporten de forma más profesional.

Al igual que sucede con el fútbol masculino, el balompié femenino es el deporte al que se juega en todo el mundo. Es el único deporte de equipo al que juegan las mujeres en todas partes y creo que el resto de disciplinas envidian esta baza con la que jugamos. En general, creo que la calidad y el entretenimiento que ofrece el fútbol de mujeres han logrado una enorme credibilidad y aceptación entre la comunidad del fútbol y se verá en Alemania, cuando los mejores equipos desplieguen sus armas ante un público numeroso, entendido y agradecido".