Sebastien Thill marcó recientemente el gol de la victoria del Sheriff Tiraspol sobre el Real Madrid en la Liga de Campeones
Una auténtica proeza sabiendo que el luxemburgués todavía era aficionado 14 meses antes
¿Traerá aparejadas más proezas en la fase de clasificación europea para Catar 2022?
Sébastien Thill: ese nombre saltó a los titulares de la prensa especializada la semana pasada. Se trata del autor de ese increíble zurdazo a bote pronto desde 18 metros en el minuto 89 del partido de la Liga de Campeones de la UEFA entre el Real Madrid y el Sheriff Tiraspol, que permitió al club moldavo dar la campanada en el Estadio Santiago Bernabéu (1-2). Y a Thill, convertirse en el primer luxemburgués en marcar un gol en esa competición…
"¡Es algo que nunca podrán quitarme! Evidentemente, es un gran orgullo escribir de esa forma una pequeña página en la historia del fútbol luxemburgués", explica nuestro protagonista a FIFA.com. "Resulta aún más agradable hacerlo así: marcando en el Bernabéu, de esa forma… Pero eso ya es pasado para mí. La euforia duró dos días. Ya no pienso más en eso. Ahora estoy con la selección, ¡orientado hacia otros objetivos!".
Fulgurante ascensión
Claramente, el centrocampista de 27 años no tiene tiempo que perder. Hace apenas 14 meses, todavía era un jugador aficionado en el Progrès Niederkorn luxemburgués. Se entrenaba al caer la tarde sobre el césped que había cortado durante el día como jardinero municipal. "Valoro el camino recorrido en tan poco tiempo. ¡Es enorme! Creo que soy la prueba de que todo es posible a base de trabajo y de entrega", explica.
Ese discurso debería tener cierto eco en su selección, Luxemburgo, que hace 5 años ocupaba la 130ª posición en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, y que no ha abandonado el grupo de las 100 mejores a partir de entonces. Y sin haber participado nunca en ningún gran campeonato, ahí la tenemos codeándose con Portugal y Serbia en el Grupo A correspondiente a la fase de clasificación europea para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022. Y precisamente, a esas dos selecciones va a medirse en los próximos días…
“Todo encuentro de fútbol se afronta con la intención de ganarlo. Jugar por un empate no existe. Y con esa mentalidad nos disponemos a enfrentarnos a esas dos selecciones. En la primera vuelta, hicimos un buen primer tiempo contra Portugal, y un buen segundo tiempo contra Serbia. Pero perdimos los dos partidos… Si esta vez consiguiésemos hacer dos buenos periodos, ¡no estaría mal!”, subraya Thill, que ostenta 2 goles en 15 internacionalidades.
En cualquier caso, el abismo que existía hace unos años entre Luxemburgo y esas grandes selecciones de Europa está reduciéndose claramente. Y si bien los Leones Rojos cayeron por 1-3 y por 4-1 frente a Portugal y Serbia, respectivamente, sus victorias sobre la República de Irlanda (0-1) y Azerbaiyán (2-1) les permiten mantenerse al acecho en la pugna por la clasificación.
"¡Ni qué decir tiene que sigo creyendo en esa clasificación!", asegura Thill, pese a los cinco puntos que los separan de Serbia en la clasificación del grupo (eso sí, con un partido menos). "Mientras matemáticamente sea posible, nunca dejaré de tener fe. Por lo demás, estoy convencido de que Luxemburgo está preparado para lograr grandes cosas. Dispone de jugadores para ello. Cada vez somos más los que jugamos en el extranjero, y eso es beneficioso para la selección. ¡Actualmente somos capaces de firmar gestas!", asevera.
El fútbol en los genes
Serbia, próxima rival de Luxemburgo este sábado 9 de octubre, está avisada. ¿Y si Thill volviese a enfundarse el traje de héroe marcando el gol de la victoria luxemburguesa frente al equipo de Aleksandar Mitrovic, actual máximo goleador ex aequo del clasificatorio europeo (con 7 goles)? "¡Tampoco hay que esperarse que marque en todos los partidos!”, responde riendo. “Temo que la gente me vea con ojos diferentes a raíz de mi gol, y que esperen mucho de mí. ¡Pero yo no me meto presión!".
Y tiene razón: Sébastien Thill ya ha hecho mucho por su país. Y lo mismo cabe decir de su hermano Vincent (35 internacionalidades, 3 goles), el goleador más joven en la historia de la selección luxemburguesa (16 años, 1 mes y 21 días). Y también de su otro hermano, Olivier (24 internacionalidades, 2 tantos). ¡Pero también de sus padres, Serge y Nathalie, ambos ex internacionales! "Lo llevamos en los genes", confirma Sébastien. "¡Tengo un sobrino de 1 año que ya tiene el balón pegado a los pies!".
Es decir, ¡que seguiremos oyendo hablar de ese apellido!