jueves 23 diciembre 2021, 11:00

Labbé: "Alcancé otro nivel en los Juegos Olímpicos"

  • Stephanie Labbé es candidata al premio The Best a la Guardameta de la FIFA

  • Destacó en los Juegos Olímpicos, a pesar de sus problemas de salud mental

  • Labbé habló con FIFA.com de esas dificultades, de su marcha a París y de sus experiencias en Tokio

Parecía que 2021 había sido un año redondo para Stephanie Labbé. Su nominación para el premio The Best a la guardameta de la FIFA fue poco menos que inevitable, reflejo de una serie de hitos sin parangón que, a sus 35 años de edad, la han hecho establecer nuevas y altísimas cotas.

Sus gestas en los Juegos Olímpicos resultaron aún más meritorias cuando supimos que la arquera canadiense lo había pasado mal, tanto en el ámbito profesional como en su salud mental. Desde fuera, verla ir de la medalla de oro al anillo de pedida, pasando por el fichaje más importante de su trayectoria, todo ello en unas trepidantes semanas de aparente ensueño, se antojaba un cuento de hadas.

Pero detrás de esas radiantes sonrisas, momentos mágicos y logros de esos que marcan una carrera, se escondía una realidad mucho menos idílica. Fue la propia Labbé la que se sinceró en septiembre, cuando contó por escrito haber sufrido "elevados niveles de ansiedad y múltiples ataques de pánico" durante la campaña de Canadá hacia la medalla de oro. En un valiente y extraordinariamente franco relato publicado en el sitio web de FIFPro, la arquera del Paris Saint-Germain explicó que se pasó las 48 horas después de la final, "básicamente tendida en una habitación a oscuras" sintiéndose "completamente disociada" de su gran triunfo.

Por suerte, y con el tiempo transcurrido desde esas tristes revelaciones, ahora tiene otra energía y una nueva perspectiva sobre sus experiencias olímpicas. A Labbé le sienta bien la vida en la capital francesa y, como declaró a FIFA.com, ahora puede echar la vista atrás con verdadero orgullo a un año para recordar.

RIFU, MIYAGI, JAPAN - JULY 30: Stephanie Labbe #1 of Team Canada saves the Team Brazil fifth penalty taken by Rafaelle #4 to win in the penalty shoot out during the Women's Quarter Final match between Canada and Brazil on day seven of the Tokyo 2020 Olympic Games at Miyagi Stadium on July 30, 2021 in Rifu, Miyagi, Japan. (Photo by Koki Nagahama/Getty Images)

¿Qué balance hace ahora de las Olimpiadas? Desde las gradas en Japón parecía que atravesaba el mejor momento de su vida. Pero su artículo en FIFPro dejó bien claras sus dificultades fuera del terreo de juego. Decididamente, he podido distanciarme emocionalmente de las dificultades que atravesé en el aspecto mental desde que se publicó ese artículo. Ahora puedo echar la vista atrás y disfrutar de lo que conseguimos como el increíble logro que fue. Fue un torneo alucinante. Personalmente, estaba muy preparada, tanto mental como físicamente. Estaba muy segura de lo que podía aportar. Sí, hubo momentos duros, pero con un poco de distancia, ahora puedo decir que solo tengo recuerdos positivos de momentos y experiencias que voy a atesorar toda la vida.

Al verla convertirse en la heroína de Canadá, colgándose la medalla de oro y al poco anunciando su compromiso en Instagram, mucha gente pensó que su vida era perfecta. ¿Es una lección para todos nosotros sobre lo ocultos que pueden estar los problemas de salud mental? Sí, creo que hay dos facetas. La primera es reconocer que los atletas también son humanos. Como futbolista, el mundo ve 90 minutos de mi día o de mi semana. Pero luego está el resto de ese día o de esa semana, cuando somos simplemente seres humanos con los mismos problemas y adversidades que el resto. Y sí, es importante saber que las apariencias engañan. Mucha gente atraviesa dificultades que desconocemos y cuanto más se hable sobre salud mental, cuanto más segura se sienta la gente al hablar sobre sus propios problemas sin ser juzgados, mejor será la recuperación. Es duro como atleta, y en otras profesiones, alzar la voz porque no quieres que te consideren débil o de alguna manera carente de fortaleza mental. Pero es importante reconocer que eso no hace débil a la gente. Los hace fuertes si son capaces de hablar de ello y admitir lo que les está pasando.

Las dificultades que atravesó fuera de la cancha no tuvieron ningún efecto adverso en su rendimiento dentro de ella. ¿Ese torneo, y este año, han establecido una nueva cota para usted? Creo que no cabe duda de que alcancé otro nivel durante las Olimpiadas. No fue una cuestión de suerte. Fue el resultado de mucho trabajo duro a lo largo de la pandemia. Terminé la Copa Mundial 2019 un poco decepcionada por no haber podido realmente estar a la altura cuando el equipo me necesitó y tenía una idea muy clara de qué tipo de guardameta quería ser en las Olimpiadas. Trabajé mucho, tanto mental como físicamente, para ponerme al nivel más alto que podía alcanzar. Cuando llegué al certamen estaba muy segura de lo que podía dar, y creo que se notó. Creo que he sido muy regular en mi juego en los últimos cinco años y me sentí muy orgullosa de que en un escenario como ese, el mundo pudo ver finalmente lo que puedo aportar.

En vista de cómo ha jugado, seguro que le habría decepcionado no estar entre las candidatas a los premios The Best. ¿Pero qué sintió al saber que estaba nominada? Es una lección de humildad que te nominen a premios como este. Y es agradable cuando has trabajado tan duro que te reconozcan el esfuerzo. Me alegró estar ahí y ser la guardameta que mi equipo necesitaba en las Olimpiadas, y es bonito que te reconozcan. Pero también hay que decir que, como arquera, hay jugadoras delante de mí que a veces me facilitan muchísimo el trabajo.

Sin embargo, en las tandas penales no hay nadie delante de usted y lo hizo bastante bien en dos muy importantes en Japón… ¡Es cierto! [Risas] ¡Ahí me atribuyo el mérito!

Stephanie Labbe of Canada saves a penalty from Anna Anvegard of Sweden during the women s football final between Sweden and Canada at the Tokyo 2020 Olympic Games.

El grupo de nominadas es muy potente y refleja lo que se viene diciendo acerca del creciente nivel bajo palos del fútbol femenino. ¿Le enorgullece haber formado parte de esa subida colectiva del listón? Sumamente orgullosa. Si echas un vistazo, en especial en las Olimpiadas y Copas Mundiales, realmente ves que la calidad de las arqueras va a más. También veo a muchas que no son ni titulares con sus países y sin embargo brillan en el fútbol de clubes. Es algo increíble. Y conozco a muchas arqueras asombrosas, de talla mundial, que no están ni siquiera nominadas para este premio. Mucho de esto se debe a la creciente inversión y a la disponibilidad de entrenadores de porteras de primera clase, lo que es vital.

¿Qué tal la vida en París? De momento fantástica. Tengo la suerte de tener aquí a mi prometida y a mi perro, así que también ha sido un bonito equilibrio en mi vida fuera de la cancha. Es la primera vez en mi carrera que me pasa. París es, obviamente, una ciudad preciosa, así que ha sido muy divertido explorarla. Y eso sin hablar de lo que supone formar parte de un club de primera clase como el PSG.

Ha militado en algunos clubes importantes en otros países, pero es su primera vez en una superpotencia, tanto en el fútbol masculino como en el femenino, mundialmente conocida. ¿Ha supuesto un salto adelante en comparación con sus experiencias previas? Tienes esa idea de lo que serán estos superclubes, y algunas cosas han sido realmente espléndidas. Pero hay otras cosas que el fútbol femenino en general necesita mejorar en todo el mundo. Por ejemplo, es lamentable que no juguemos en la ciudad más a menudo, porque creo que tendríamos más aficionados si fuese así. Es un problema del fútbol femenino en general. Casi todos los equipos que he visto que juegan en las afueras tienen dificultades para atraer aficionados. Si estamos vinculadas a un equipo masculino, cuanto más juguemos en las mismas instalaciones, o cerca, más afición del club podremos atraer para animar a ambos equipos.

Ha sido una época de grandes éxitos para Canadá, para usted personalmente y para el fútbol femenino en general. ¿Pero le frustra ver que aunque las cosas van creciendo y mejorando, el progreso no es lo suficientemente rápido? Claro. Todo lo que no sea la acción inmediata no es lo suficientemente rápido. En Canadá necesitábamos una liga hace diez años. Lo llevamos diciendo desde entonces y nuestro equipo ha seguido cosechando éxitos en la escena internacional. La única casilla que nos queda por marcar es un resultado mejor en la Copa Mundial. Creo que eso nos consolidaría como una gran potencia. Pero lo hemos hecho bien en los Juegos Olímpicos en los tres últimos ciclos y el hecho de haber podido conseguir esos resultados y mejorar como equipo sin la base de tener nuestra propia liga nacional, dice muchísimo del talento y la mentalidad de las jugadoras que tenemos.